Tus pensamientos se convierten en acciones, tus acciones en hábitos, tus hábitos definen tu carácter y tu carácter es parte de lo que define tu destino.
Porque yo sé de vuestras muchas rebeliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo, y recibís cohecho, y en los tribunales hacéis perder su causa a los pobres.